Los parabenos no son tan malos como parecen

Los parabenos son una familia de alquil-ésteres del ácido para-hidroxibenzoico que se emplean fundamentalmente como conservantes en cosméticos.


La desinformación y la incultura científica nos ha llevado a la situación actual. Los consumidores no quieren parabenos. No saben lo que son, pero saben que no los quieren. La seguridad de los parabenos fue puesta en entredicho por la incorrecta interpretación de un estudio científico, origen del miedo hacia estos compuestos. El desconocimiento y la influencia por diferentes medios de comunicación, hoy en día aún más extendido por medios informáticos inculcan miedo como arma de control social (en muchos ámbitos, usando la gestión del miedo como arma de control social: El miedo inmoviliza y desarticula. La mejor manera de manipular con el miedo es creando un enemigo, en este caso "los parabenos" para recortar poder de elección y desicion. Y mientras el miedo siga sembrándose en una sociedad ignorante y poco crítica, seguirán influyendo en la forma de que los consumidores adquieran ciertos productos con distintos y diferentes compuestos, ni todo lo natural es bueno si todo lo sintético es malo.




Son productos muy conocidos que se emplean desde hace mucho. Pero desde hace algún tiempo se ha extendido la idea de que pueden ser peligrosos. Alfonso del Pozo, director del Máster en Dermofarmacia y Cosmetología de la Universidad de Barcelona, desmiente los mitos y, ante la pregunta de si los parabenos son malos o no, responde: “Son sustancias eficaces y seguras si se utilizan a las concentraciones recomendadas”.

De hecho, los metil, etil, propil y butil parabenos están aprobados como conservantes en la Unión Europea por el Reglamento 1223/2009 de cosméticos y se catalogan como seguros.

FALSOS MITOS DE LOS PARABENOS
Del Pozo reconoce que los parabenos, junto con los perfumes, se llevan la peor fama. “Quizá porque no son productos de origen natural, pero no son más peligrosos que otras sustancias”.

Una de las ideas más generalizadas es que pueden producir alergias. No obstante, Del Pozo sostiene que cualquier sustancia “puede producir en un momento dado una alergia específica en un paciente concreto”. Aunque muchas veces las alergias no las producen los productos en sí sino algunas impurezas que contengan.

De la misma opinión es Luis Conde-Salazar, dermatólogo de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, quien señala, en una información publicada en la web de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) que la capacidad de sensibilización de los parabenos en la población general “es baja”, situándose en la mayoría de los estudios en torno al 1 por ciento (sólo algunos estudios muestran tasas ligeramente superiores, y corresponden a investigaciones realizadas antes de los años 90).”

Tampoco se ha demostrado que los parabenos tengan efectos cancerígenos. “Hace tiempo surgió una hipótesis que decía que el butil parabeno producía cáncer de mama cuando lo formulaban en el desodorante, pero no se ha demostrado nada”, explica Del Pozo.

REGLAMENTO Y LIMITACIONES
Para garantizar su seguridad, el reglamento exige unos test toxicológicos y se estipulan las concentraciones que se consideran inofensivas a estos límites. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en el caso de los metil y etil parabenos, “deben encontrarse en un máximo del 0,4 por ciento de concentración en un producto, o el 0,8 por ciento si son mezclados”. Sobre los butil y propil parabenos, esta organización señala: “la Comisión Europea ha limitado el uso al 0.14por ciento, ya sea cuando se utilizan solos o mezclados”.

Existen otras limitaciones como la que comenta Del Pozo: “Para productos de permanencia en la piel, como los que se utilizan en la zona del pañal del bebé, no se autoriza su uso para menores de 3 años”.

Algunos parabenos se han retirado, como los de cadena larga. La OCU específica que se trata de los isopropil, isobutil, penil, benzil o pentil parabenos, descartados porque se considera que no hay suficiente información sobre sus riesgos.

COSMÉTICOS SIN PARABENOS
A pesar de que nada se ha comprobado y que los expertos apoyan la seguridad de estas moléculas, la controversia creada ha servido como argumento de marketing para lanzar productos libres de parabenos.

Eso ha impulsado el desarrollo de nuevos sistemas conservantes. “Sin embargo, es difícil conseguir la eficacia de los parabenos con otros conservantes. Y el hecho de no poner conservantes en un cosmético es un riesgo”, señala Del Pozo.


Algunos de estos conservantes alternativos, indica, son dioles, sustancias naturales o sustancias de aromaterapia, pero, insiste: “Difícilmente pueden lograr la eficacia de un conservante parabeno”.

https://www.correofarmaceutico.com/tododermo/cuidados-de-la-piel/parabenos-no-son-tan-malos-como-parece.html

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